De Profesión Mayordomo

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    El "Tu" y el "Usted"

    Dos pronombres personales, con una importancia esencial en el diálogo.

     

    Por tal motivo; y pensando que estos pronombres tienen una vital importancia en la conversación -concretamente en el trato social-, voy a tratar de explicar las grandes diferencias que separan al español europeo; del americano.

     

     

    Así pues; y porque solo es relevante la edad “si eres un queso o un vino”; mis mas de cincuenta primaveras, me han dado la oportunidad de tratar con personas de todas las edades y estatus social, y le puedo garantizar, que ahora uso mucho más el “usted” que cuando tenía veinte.


     

    Comenzaré diciéndole que, nadie es superior a otro en cuanto a persona, para mí todos somos iguales sin distinción alguna, pero la sociedad sí impone las normas para todos... al rey le llamamos majestad, al papa santidad, al juez le llamamos señoría, y así, cada uno en el sitio que le corresponde, va implícito el usted.

     

    -En general, sólo trato de tú a los niños y jóvenes -digamos menores edad-.

     



    A todos los demás, de usted, pero también ocurre que con el tiempo se adquiere una relación de confianza con los que en principio eran desconocidos, y pasamos al tú casi de modo natural, excepto con los muy mayores, que se suelo mantener el usted; confiando ser tratado -de entrada- de usted, por los desconocidos.

     

    Recuerdo con cierta nostalgia allá por los años 50 y pico, como el “usted” todavía estaba bien instalado en nuestras relaciones padres-hijos, y en las de profesores-alumnos, hasta bien entrados los 70.

     

    -Pero llegaron los 80, y ese pronombre tan útil, fue apeado de las aulas, y “el tuteo ganó enteros” en la sociedad española, convirtiéndose en un fenómeno imparable.



     

    Sociólogos, antropólogos, lingüistas y publicistas dan por hecha -si no la muerte del usted- sí al menos su confinamiento futuro a las relaciones extremadamente formales, a ámbitos muy protocolarios o jerárquicos como pueden ser, la Magistratura, el Ejército, la Casa Real, las Cortes o algunos actos académicos.

     

    Tutear no significa ser más moderno o ser más abierto, sino una considerable falta de educación, e incluso de respeto hacia la otra persona.


     

    -En España por ejemplo; se tiende a usar el “tú”, con mucha facilidad -a veces basta simplemente presentar a alguien, para que inicien el tuteo-, perdiéndose una potente herramienta de comunicación lingüística, y un empobrecimiento de nuestra lengua.


     

    Hablando hace unos días con mi buen amigo Sebastián Abascal -filólogo y profesor de lengua- me comentaba al respecto que, el actual modelo educativo va ligado a la disolución de diferencias, por lo que “si se equivocan en el uso de los pronombres, podrían cometer auténticas faltas de cultura práctica”; añadiendo que, “el problema no es que desaparezca el usted, sino el sistema de referencias para saber dónde está la familiaridad y dónde el respeto; así que si no tenemos el usted, tendrá que aparecer otra forma, que asuma ese tratamiento cautelar de primer acercamiento en las relaciones”.

     

     

    La realidad es que, el tuteo se convierte a veces en un campo de minas al iniciar una relación, pues es difícil saber cómo tratar al interlocutor, pues uno puede utilizar el usted, pensando en mostrar una actitud respetuosa hacia su interlocutor, y encontrarse con que su gesto es tomado como una afectación excesiva.



     

    -Del mismo modo que un tuteo mal elegido, puede ofender la dignidad de quien -no espera ni quiere-, más familiaridad de la deseada.


     

    Lo cierto es que el tutearse “a troche y moche”, incluso en el ámbito laboral y sin el consentimiento tácito del interlocutor, se ha convertido en un distintivo español que sorprende a quienes llegan a nuestro país.
     

     

    Pero... “No” dirán algunos,
    porque
    los Ingleses sólo tienen un tratamiento para la segunda persona, “el universal you”.

     

    -Pero la realidad es que, los británicos utilizan otros recursos lingüísticos, para revestir de mayor o menor formalidad sus relaciones, asicomo, para tutear o indicar mayor familiaridad, incluyen el nombre de pila del interlocutor en las frases.


     

     

    En Francia prevalece la forma “voussin controversia.

     

    -El tú sólo impera en el círculo familiar -con excepciones como la del ex-primer ministro Édouard Balladur-, conocido por su extremado formalismo, y por tratar de usted a su esposa y a sus cuatro hijos.
     

    -En Francia sólo se tutea en el mundo laboral, si la persona de mayor posición jerárquica lo propone.
     

     



     

    En Alemania o Italia, además de mantenerse el tratamiento de usted para las relaciones con desconocidos, con personas de más edad -o en el mundo laboral-, se utilizan todavía los tratamientos de grados académicos para las relaciones más formales -o en las que se quiere dar relevancia a la autoridad, o a la jerarquía-.
     


     

    Pero tampoco es una cuestión de idioma, porque en Latinoamérica no se observa el mismo comportamiento.
     

     


     

    De hecho, en algunos países como Bolivia, Ecuador, Colombia y Panamá, usan el tuteo como forma culta formal, y recurren al voseo, para las relaciones de familiaridad.


     

    En otras zonas, como Chile y algunos estados de México, el tuteo implica una formalidad intermedia, mientras que el voseo es el tratamiento más familiar.


     

    En cambio, en España el vos –ya perdido– nunca tuvo significado de familiaridad, sino que marcaba más distancia que el usted.-Don Quijote, por ejemplo-

     


     

    Mejor pecar por exceso.

    Siempre es mejor pecar de formalista, que de maleducado”.


     

    Esta es la receta de los especialistas para resolver las dudas que la generalización del tuteo suscita en algunas personas a la hora de dirigirse a un desconocido o de entablar una relación en un ámbito diferente del habitual. “En realidad, los niños y los jóvenes no tienen dudas, tutean a todo el mundo; son los treintañeros o quienes están en la cuarentena quienes se sienten inseguros y, en una conversación de cinco minutos, acaban utilizando alternativamente el tú y el usted porque las variables de edad, sexo, prestigio, antigüedad o dominación no siempre les dejan claro qué es lo más aconsejable”


     

    Un buen ejemplo de esta situación, lo protagonizó el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante su intervención en el programa “Tengo una pregunta para usted”; a unos participantes los trató de tú, a otros de usted y, en la mayor parte de los casos, mezcló las dos formas en la misma persona; de sus interlocutores, sólo uno optó por tutear al presidente.



     

    -Evidentemente este señor desconocía que, la educación formal y el protocolo no es una cuestión de modas, sino un signo de apreciación. que se agradece en el trato hacia la persona con quien se intercambia, facilitando el tipo de relación que se quiere establecer en el trato.




     

    -Por eso siempre es bueno usar el usted, cuando no se conoce a la persona a quien se dirige uno, y así valorar, el campo de posibilidades que esta, ofrece en el trato.



     

    Piense que, tutear a una persona no nos hace más “guay”, ni mas acorde con el tiempo actual, sino que nos muestra a la otra persona a la que le hablamos así, faltos de educación e irrespetuosos -sobretodo si es mayor que nosotros-.

     


     

    Definición que la Real Academia Española da a... Tutear

    –“hablar a alguien, empleando el pronombre de segunda persona”....”
    Con su uso, se borran todos los tratamientos de cortesía y de respeto”.



     

    Una gran equivocación -demasiado grave además- es que, la edad no tiene nada que ver en el uso del tuteo -a pesar de que muchos así lo crean-, pues olvidan que el tuteo, sólo ha de emplearse entre personas conocidas y que así lo acuerdan -familiares, amigos, colegas..-, o como ya comenté, con los niños o jóvenes menores de edad; por tanto; hay que tratar de usted a todas las personas mayores de edad, que no digan explícitamente que se les puede tutear.


     

    -También es conveniente dar este tratamiento, a quienes sabemos que tienen un nivel superior a nosotros; por ejemplo; a nuestros jefes.

     

    -Una secretaria, una empleada de hogar o un camarero, por su profesión, no pueden –o no deberían- tratar de tú a las personas a las que prestan el servicio. Si ellos utilizan el usted, tutearlos es una clarísima falta de respeto hacia esas personas.

     

    En general, tutear a alguien que espera de nosotros el “usted” es ofenderlo. Si el afectado es de nivel inferior a nosotros, se aguantará, o nos soltará alguna impertinencia que no entenderemos y achacaremos a que tiene mal carácter; pero si está por arriba de nosotros, preparémonos a que nos suelte una buena andanada. Es decir, a que nos ponga en un innecesario ridículo.


     

    -Lo aconsejable es ser prudente en el tratamiento, sin extralimitarse, porque tiene sus ventajas y nos evitará pasar por maleducado o tener que rectificar, si uno no conoce “quien es quién”.


     

    Quienes practicamos el “usted” sabemos que al tuteo se llega con relativa facilidad; es cuestión de algún tiempo, de tratamiento continuado, y, cada vez en más ocasiones, del mero seguimiento de la cultura existente en la empresa, o el grupo social en que nos hallemos.


     

    -Y recuerde que el tuteo cariñoso, con quienes nunca falla... es sólo con los niños.



     

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    Por último; y para facilitar “quizás a algunos” la comprensión de lo expuesto; me permito despojarme de todo prejuicio, y narrarle con la mayor economía de elementos, un juego verbal en clave de humor, con la intención de provocar en usted una sonrisa.

     

     

    Dice así...
     

    El director de un banco empieza a preocuparse por un joven empleado estrella, llamado López, que empieza a faltar al trabajo al mediodía.

     

    Ante esto, el director del banco llama a un detective privado y le dice: «Siga a López durante una semana para saber qué hace».

     

    El detective lleva a cabo su tarea y a la semana vuelve a informar al director: «López se va al mediodía, coge su coche, va a su casa a comer, luego hace el amor con su mujer, se fuma uno de sus excelentes puros habanos, y vuelve a trabajar».

     

    El director responde: «Ah, bueno, menos mal, no hay nada malo en todo eso».

     

    El detective le pregunta: «¿Puedo tutearlo, señor?».

     

    Sorprendido, el director responde: «Si, como no».

     

    Y el detective contesta...  «Te repito: López se va al mediodía... coge tu coche... va a tu casa a comer... luego hace el amor con tu mujer... se fuma uno de tus excelentes habanos... y vuelve a trabajar».


     

     

    Moraleja... hay que aprender a diferenciar el uso de “Tú” y “Usted” porque no se emplea del mismo modo, sino que depende de con quién, y en qué contexto se utilizará, una forma u otra. 


     

    Saludos cordiales

    Anonymous

    Luis Cano

    17 Jun 2015 - 07:22 am

    Depende de la cultura de la empresa y del país en el que nos encontremos, pero para evitar situaciones “incómodas”, mi recomendación es no arriesgar y entrar siempre hablando “de usted”, no olvide que se trata de una cuestión de respeto y educación por ambas partes.

    Saludos y suerte.

    Anonymous

    Rafael

    11 Jun 2015 - 07:28 am

    Excelente, me ha servido de mucho, pero quiero hacerle una pregunta.

    Dentro de poco tengo una entrevista de trabajo y me gustaria que me aconsejara si debo dirigirme al entrevistador de tu, o de usted.

    muchas gracias

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